Nirvana: In Utero (320)

| jueves, 9 de mayo de 2019

"In Utero" es el tercer y último disco de estudio de la banda de grunge Nirvana y salió a la venta el 21 de septiembre de 1993 mediante la compañía discográfica Geffen Records, contando con el trabajo de producción de Steve Albini y Scott Litt. En un principio el trabajo de producción recayó totalmente sobre Steve Albini debido a que era el productor de algunos de los albumes favoritos de Cobain, por lo que en febrero del 93 la banda ingresó a los Pachyderma Studios, en Minnesota para comenzar la grabación de la placa. Según narró el bajista de la banda las condiciones en las que el disco fue grabado eran similares a un Gulag, debido a que afuera hacía mucho frío, por lo que la banda se dedicó en esas fechas únicamente a trabajar en el disco. Una de las cosas más interesante de este disco es que tanto la banda como el productor se opusieron a cualquier intrusión de la disquera para influir en el sonido del siguiente álbum, al grado tal que el productor llegó a asegurar que no hizo caso a nadie más que a los miembros de la banda. Las grabaciones comenzaron el 13 de febrero y fueron bastante rápidas, arrancando generalmente al medio día y siendo interrumpidas únicamente por la comida o la cena, parando hasta las doce de la noche. El disco se completó en seis días y para el día 26 el disco ya estaba incluso mezclado. El disco iba a llevar por nombre originalmente "I Hate my Self and I Want to Die" debido a una broma de Cobain, sin embargo por temor a que el disco fuese censurado el título se cambió finalmente por "In Utero", mientras que el arte del disco corrió a cargo de Robert Fisher. Todo iba en viento en popa cuando los ejecutivos de la disquera comenzaron a comentar que el disco era "inescuchable" sembrando dudas en el seno de la banda, luego de varias semanas llamaron a Albini para que remezclara el álbum, a lo que éste se negó, por lo que tuvieron que acudir a Scott Litt tras una serie de disputas con Albini. Al final sólo fueron modificadas algunas canciones y se excluyó del álbum el track "I Hate My Self And I Want to Die". Aunque la banda pensaba que no lograrían grandes ventas debido a que el primer sencillo lanzado no tuvo gran repercusión el álbum debutó en el número uno de las listas Billdoard vendiendo 180 mil copias únicamente en su primera semana aún a pesar de algunos problemas de distribución que tuvieron con Walt Mart y K Mart debido al collage de la contraportada, que consideraban ofensivo para con los clientes. La crítica por su parte rindió pleitesía de manera unánime colocandolo como uno de los mejores lanzamientos del año, siendo una de las críticas más acertadas aquella que dijo que Nirvana no había ido al mainstream, sino que el mainstream tendría que ir a NIrvana. Con el paso de los años ha sido considerado uno de los discos más influyentes de la década de los noventas y para muchos el mejor disco de estudio de la banda (incluido quien esto escribe).

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